martes, 27 de agosto de 2013

UNA Y OTRA VEZ LA ESTRATEGIA NO ES LA CULPABLE.

Lo ocurrido, desde que se reconoció un “error” en el censo 2013 no es una isla, en el paisaje estratégico nacional: en busca del objetivo o la solución, se acude a un grupo de “expertos” nacionales. Si la solución no es satisfactoria, el paso siguiente es recurrir a buscar la solución en otros “expertos”, pero esta vez internacionales. Según lo que ocurra en esta etapa se abrirán nuevas avenidas de acción. El objetivo a conseguir con la estrategia está orientado por la visión de futuro que se tenga, o sea, de los posibles futuros considerados. Esta estrategia tiene por propósito ser un camino más o menos certero para llegar a una solución, que ojalá sea satisfactoria para a todos los constituyentes que tengan poder para refutarla. Como la estrategia tiene que construirse sobre la base de diferentes escenarios posibles y sobre las tendencias principales que influirán en el futuro cercano y lejano y sobre sus rupturas, este es el momento preciso para especular sobre los resultados de la etapa de revisión que está empezando y especular sobre las siguientes. Los expertos internacionales (que deben haber asistido a muchas fallas en censos, de magnitudes iguales y aún mayores que las nacionales y trabajado directamente en la solución real de los problemas) propondrán “parchar”, dando diferentes razones y recurriendo a sus aciertos anteriores. También puede ocurrir que los expertos internacionales no tengan la experiencia suficiente para dar una solución adecuada (en tiempo, costo, tamaño de los errores, etc.) y que no estén dispuestos a trabajar en la implementación de sus recomendaciones y a comprometer su prestigio en el caso que sus soluciones no funcionen. A todo esto el tiempo seguirá corriendo y si en todo este proceso y en las etapas siguientes se ocupa más de tres meses, antes de llegar a una propuesta de solución y de su plan de puesta en marcha, es probable que el próximo gobierno cambie la estrategia. La actual estrategia no es en casi nada diferente a la que se aplicó inicialmente con el Transantiago, con el proyecto Aysén, con los cerdos de Freirina, con Pascua Lama, con el mall de Castro, con los 9 mil millones de dólares de las reservas que se “invirtieron” el 2009, con los sobre sueldos, el gas argentino, el sistema de pensiones, la acreditación de la educación superior y una larga lista de experiencias en diferentes sectores de la vida nacional. Con miles de millones de dólares gastados de más, que pudieron reducir la pobreza, mejorar la formación de la población y aumentar las remuneraciones. Cada estrategia y sus supuestos sobre los futuros posibles son indispensables para intentar reducir los errores en los resultados, que de todos modos se tendrán en proyectos de gran magnitud, pero también se deben anticipar las respuestas para mitigar los efectos negativos de esos errores. Por ejemplo, el Banco Central de Chile tiene publicada, en su página web, su Planificación Estratégica con el propósito de “difundir el proceso de planificación estratégica del Banco para el período 2009-2012” (¿). ¿Cómo se nos viene el futuro?

lunes, 5 de agosto de 2013

CÓMO USAR LA INFORMACIÓN SOBRE LOS FUTUROS POSIBLES Y LA TRANSPARENCIA.

Cómo usar la información sobre los futuros posibles y la transparencia. Muchos de los altos y bajos de cada sociedad se dan de manera poco anticipada o simplemente por sorpresa. Pero cuidado. Lo más probable que muchos de esos cambios fueron anticipados por una o más personas, porque recibieron información reservada, o porque siguieron la trayectoria de señales débiles y por diferentes razones consideraron que el o los cambios anticipados debían ser mantenidos en secreto, para un provecho personal o grupal o para no producir alguna alarma. Lo que ocurre en muchas oportunidades es que no se da a conocer a la comunidad los primeros síntomas de la posible ocurrencia de un cambio de importancia y se oculta aun cuando la misma comunidad, o parte de ella, pueda ser afectada por el cambio potencial. Se ve casi en todos los planos de la vida social, aunque nuestra preocupación central está en las estrategias de las empresas de tamaño mayor, dentro de los mercados en los que nos movemos. Casos como La Polar, los cerdos de Freirina, SMU, HidroAysén, el Transantiago, o los atrasos en la aplicación de la matriz energética, la falta de mejora de la calidad de la salud pública, de la educación publica y de la vivienda en general, son sólo algunos casos de cambios que pudieron anticiparse y lo más probable es que más de alguien sabía que era muy seguro que ocurrirían y no se informó oportunamente, cuando los síntomas eran evidentes y se podía actuar para revertir o aminorar los efectos negativos de esos cambios. La ausencia de recursos destinados a que organismos independientes realicen estudios de anticipación de cambios económicos, políticos, sociales, tecnológicos o ambientales seguirá manteniendo el secretismo para beneficio de unos pocos y para perjuicio de la mayoría. Y no hay que olvidar que cambios significan una enorme transferencia, a veces ilegítima, de recursos entre instituciones de diferente naturaleza y entre proveedores, vendedores y compradores.