sábado, 30 de enero de 2016

¿ES POSIBLE MEJORAR LA ANTICIPACIÓN DE CIFRAS ECONÓMICAS?

¿ES POSIBLE MEJORAR LA ANTICIPACIÓN DE CIFRAS ECONÓMICAS? Una actividad importante y recurrente de la vida económica es la elaboración de proyecciones o cifras de anticipación sobre el o los posibles futuros. Muchas de estas proyecciones se expresan en indicadores o variables como: Producto Interno Bruto (PIB), comercio exterior, precios de materias primas, tasas de interés, índices de precios y de sectores manufactureros y de servicios. Las anticipaciones de variables sobre la economía local o global ayudan a tomar decisiones a las autoridades y al público en general. A su vez, las proyecciones difieren entre instituciones y profesionales, lo que es lógico, por los métodos empleados y por la incertidumbre del futuro. Las instituciones y los profesionales que realizan estas proyecciones utilizan diferentes métodos y modelos, los que convendría que fueran mencionados, especialmente cuando son modelos complejos o muy particulares o personales. Una forma de generar cifras de anticipación. Esta nota se refiere a una proyección, hecha hace pocos días por un grupo de profesionales, que recomendaba la mantención de la tasa de política monetaria (TPM) basada en aspectos económicos, como: nivel de Imacec, IPC, dólar, precios de los productos básicos, términos de intercambio, flujos comerciales de capital e inestabilidad financiera, especialmente en China. Todos estos hechos habían ocurrido o estaban ocurriendo y, por lo mismo, se disponía de los datos e información respectiva con certeza. En el comunicado que conocimos para escribir esta nota no se indicaba él o los métodos empleados para llegar a dicha recomendación, ni los beneficios que se obtendrían de aplicar dicha recomendación. Lo anterior lleva a preguntarse: ¿Qué hubo de futuro en la recomendación de mantener la TPM y en la decisión respectiva? La recomendación tendría efecto si es que la autoridad la usaba en su decisión, la que se tomó al día siguiente. Y aunque muy cercanas las fechas de la recomendación y de la decisión, en ese día pudieron ocurrir hechos que no fueron anticipados por la primera. Es posible, también, que el decisor haya optado por mantener la TPM sin tomar en consideración la recomendación ya que el informe oficial recurre a otras variables económicas: la tasa de interés de la FED, la volatilidad de los mercados financieros, los eventos en China, la depreciación de las monedas de países emergentes, la caída en las bolsas, la baja en el precio de las materias primas, en particular el cobre y el petróleo, la actividad económica mundial, la variación del IPC, los índices de confianza, la tasa de desempleo, la variación anual de los salarios, todo lo cual corresponde a información histórica. Y se agrega que las “expectativas de inflación a dos años permanecen en 3%” y se reafirma el compromiso de que la inflación proyectada se ubique en el mismo porcentaje. Estas frases se refieren al futuro, pero como ese futuro es incierto, lo más probable es que ese punto en el recorrido de la variable inflacionaria no ocurra. Además, no se explica, ni se sabe, por qué la inflación a comienzos del 2018 será 3%, es decir, se soslaya, por lo menos, lo que tendría que ocurrir entre ese día y comienzos de 2018 para que el compromiso se cumpliera. Y como eso se refiere al futuro, e insistimos que es incierto, sería muy arriesgado anticipar el camino que se está suponiendo se recorrerá en los dos años. Efectos posibles - deseables e indeseables - de la cifras de anticipación. Lo que sí se sabe es que la TPM estará vigente en un futuro, indeterminable para los agentes económicos. Por los antecedentes obtenidos, tanto en la recomendación como en la decisión, el comportamiento en ese tiempo futuro se ha anticipado sólo sobre la base de datos presentes o históricos, los que no sabemos si tendrán mucha o escasas relación son los acontecimientos reales futuros. Sólo en ese momento futuro se sabrá si la cifra anticipada fue acertada o no. Es posible que la TPM que produzca los mejores resultados en términos del futuro logro de la meta inflacionaria (expectativas de inflación a dos años de 3%) esté alrededor de la cifra decidida. Pero, lo que sí se sabe con certeza es que: en los dos últimos años la TPM elegida no fue la adecuada, con un IPC del 2014 del 4,6% y del 2015 fue 4,4%, bastante lejos del, también, 3% anticipado. En las noticias en comento no se hace ninguna referencia a elementos de anticipación que podrían ocurrir entre el día de la decisión y principios de 2018, los que podrían tener valores muy diferentes a los utilizados para hacer la recomendación y para tomar la decisión, cuando siempre es posible que en el futuro se presenten situaciones completamente desconocidas o indeseadas, que hagan que los resultados futuros se aleje más o menos de la realidad esperada. Si es que modelos empleados para tomar estas decisiones, de gran repercusión pública y económica se basan en información histórica sería importante que se anticiparan, por lo menos, algunos aspectos futuros inciertos para la economía nacional o mundial, sobre la base de las tendencias y los cambios en las tendencias, así como de las turbulencias y rupturas posibles, de manera de tener antecedentes alternativos sobre el futuro en el que indicadores como al TPM o el IPC van a producirse. Así, se darían más antecedentes para la toma de decisiones de los agentes económicos. Por esto, nos parece complicado que se tome la decisión de mantener la TPM basado sólo en información presente o pasada y que se excluya la incorporación de elemento de anticipación que señalen que es posible que uno o más de esos elementos futuros posibles altere dramáticamente las consecuencias de tener, por ahora, una TPM inmóvil. La frase: “las expectativas de inflación a dos años plazo permanecen en 3%” se presta para llegar a distintas inferencias. Que sea un objetivo a lograr, por lo que podría no tener casi relación con lo que ocurra al término de los próximos dos años, dado que los cambios de precio están fuera del control del decisor. Que sea una anticipación de lo que se ha estimado es el valor más probable que ocurra al término de los dos años y, si no se dan sus rangos posibles, terminaría por ser un valor futuro cierto, lo cual atenta contra el sentido de incertidumbre del futuro. ¿Es posible mejorar las anticipaciones? Nos interesa que esta nota sea una colaboración para ayudar a dirigentes públicos y privados, que tan repetidamente tienen que dar cambios bruscos a sus anticipaciones, porque se apartan de sus valores reales, como ocurrió con los “brotes verdes” del 2015 y con la seguidilla de baja en las estimaciones del PIB del año pasado y del presunto PIB de este año. Reconocemos que no es posible tener acierto en las cifras que se anticipan y que quienes son responsables de estos trabajos tienen el mejor de los propósitos de contribuir al desempeño de los agentes económicos y de las personas en general. Además, con los métodos y modelos de anticipación que se dispone en el presente, tal vez nunca seamos capaces de acertar con estas anticipaciones económicas. Pero, por lo mismo, es importante entregar más detalles sobre el camino que se tendría que recorrer para que las cifras anticipadas se cumplieran y, por lo menos, los más significativos cambios que podrían echar por tierra lo anterior. Algo muy parecido ocurre con las anticipaciones en otros temas económicos, como le ha ocurrido a las empresas mineras y petrolera que por haber anticipado cifras de demandas y de precios y costos alejadas de la realidad, han tenido pérdidas de billones de dólares en sus capitalizaciones en el último año y medio. Tal vez, se sería más prudente, al anticipar cifras tan fundamentales como las demandas y los precios, agregar a los datos históricos y sus proyecciones, los posibles cambios en las tendencias, las disrupciones, y los fenómenos sociales, políticos o ecológicos en cierne que pueden invalidar los estimaciones futuras de esas variables.

lunes, 4 de enero de 2016

FUTURO Y DESARROLLO: ¿POR EVENTOS O DE ENTORNOS?

Hay por lo menos dos aspectos del futuro que son de ayuda para empezar a entenderlo como campo del conocimiento: los eventos que se pueden anticipar hoy día y los entornos que se pueden anticipar, también, hoy día. Una forma útil para anticipar el futuro nacional o global es a través de preguntas como: ¿cuáles serán los cambios o eventos (innovaciones, inventos, descubrimiento) que irrumpirán en diferentes terrenos, seguirán un camino tradicional o se acelerarán? ¿Cuáles serán los entornos en los cuales esos eventos ocurrirán y serán exitosos? Es muy probable que los eventos y los entornos se afecten mutuamente para producir desarrollos espectaculares. También es posible que ambos pasen casi desapercibidos o, aun, que sea un deterioro del desarrollo. Lo que se sabe es que: “el futuro será diferente, ya está en camino y por eso hay que anticipar posibles alternativas”. Habrá miles de eventos futuros independientes. El futuro se puede describir a través posibles eventos, invenciones o descubrimientos como los siguientes: (1) circularán en forma comercial autos a sin conductor y con energía solar, (2) se creará el primer macro bosque nativo, (3) la organización legislativa estará conformada por un senado de 5.000 miembros, trabajando en y desde sus Regiones, a ser renovado el 10% cada año en elecciones instantáneas (4) la educación superior será de bajo costo y sus carreras serán más versátiles. Y esta enumeración se puede extender largamente. Sin embargo, con estos 4 eventos nos podemos hacer muchas preguntar, por ejemplo, ¿es posible que ocurran en forma simultánea? Si la respuesta se da sobre la base de lo que está involucrado en cada evento en cuanto a sus etapas (lo que debe ocurrir entre el hoy y el momento en que se haga realidad el evento incierto), se podría decir que la respuesta depende de las alternativas de caminos, secuencias, tiempos, recursos, costos, o normas necesarios para que ocurran cada uno de ellos. Algunas caminos alternativos son extraídos de la experiencia, otros son más difícil o imposible de anticipar y, en consecuencia, no será posible entregar una respuesta diferente a, por ejemplo: no sabemos qué ocurrirá en un momento determinado del futuro con cada uno de esos eventos, ni sabremos, si seguimos este camino, cuáles serían las condiciones del entorno que rodeen a cada uno de eso eventos. Por lo tanto, es posible que uno de esos eventos se pueda realizar casi completamente y que, por condiciones ambientales hoy día desconocidas, no llegue a hacer realidad. En resumen, esos eventos son independientes. Por eso, debe llamar la atención que cuando se trata de trabajar el futuro desde el punto de vista de preguntas sobre posibles eventos, descubrimientos, inventos, desarrollos o innovaciones, no siempre se anticipan los entornos posibles en los cuales se desenvolverán, en parte debido a los cambios que va produciendo el avance de la ciencia y de las tecnologías y en el constante cambio social. Cada proceso de anticipación de un cierto evento, desarrollo científico, innovación, o entorno no sólo hay que explicarlo en cuanto a sus objetos y sus funciones, sino que también en el o en los métodos utilizados para llegar a esas conclusiones (experiencia, avances científicos, tecnologías, Delfos, escenarios, Project management, etc.). Este es un claro ejemplo de incremento del conocimiento humano, que puede ser replicado para otros desarrollos futuros y se puede indagar sobre lo aventurado o realizable que es el evento en cuestión. Pero la descripción del avance no debiera terminar ahí. Es preciso que quien propone la pregunta o el evento futuro indique qué personas o instituciones se verán beneficiadas o afectadas por su ocurrencia. También es imprescindible que se estime las fechas más cercanas, más lejanas o más probables en las que ocurra. Así como es conveniente advertir sobre lo que podría salir mal para que el evento no ocurra o se atrase notoriamente o que esté fuera de los límites de la ética o de la moral. Siempre habrá futuros entornos alternativos. Otra forma de abordar el futuro es a través de la descripción de posibles entornos en los cuales se podrá desenvolver el ser humano, las sociedades, las naciones o el mundo y, dentro de los cuales se producirán eventos futuros individuales. Un entorno que es atractivo para ser anticipado es el económico, como también lo son el político, el social, el cultural, el ambiental, o algunos ambientes particulares como: el deportivo, el cinematográfico, el musical, el artesanal y muchísimos más. Estos futuros entornos alternativos se pueden describir de diferentes maneras: a través de indicadores cuantitativos o cualitativos, por medio de relatos, de imágenes y variables descriptoras, y muchas formas más. Pero siempre es conveniente que quien realice la descripción indique el o los métodos que ha utilizado para llegar a sus resultados alternativos. Avances como el computador o el teléfono inteligente han significado cambios muy importantes en el comportamiento de las personas y en las instituciones y ha logrado introducir cambios en las formas de relacionarse. Su impacto es notorio y, además asombroso, cuando miles de millones de personas lo usan en su vida diaria. Aparte de ese asombro, hay otro que es mucho más significativo para el futuro: esas mismas personas siguen haciendo mucho de lo antiguo: viven en casas o departamentos, tienen 3 o 4 comidas diarias, se transportan a su trabajo de manera rutinaria, trabajan y tiene vacaciones, etc. Es decir, que el tremendo cambio introducido por el computador, es muy reducido, mucho más de lo que parece. Y, por lo tanto, hay todo un mundo donde las personas pueden hacer cambios que beneficien a la sociedad nacional y global. Es decir, en el futuro está casi todo por hacer o por mejorar. ¿Habrá Futuro o Futuros para el desarrollo de Eventos y de Entornos? Normalmente nos hacemos muchas preguntas sobre cómo será el mundo que nos rodee o cómo lo afectará un evento particular (nuevo invento, tecnología, descubrimiento, etc.) y de qué manera este evento podría alterar el medio o pasar desapercibido, es decir, que el medio incorpore o no el evento en cuestión. Hace 50 años no se hablaba de Internet. En algún momento, esta red de comunicaciones interconectadas, fue un evento futuro cuya repercusión en el medio entorno fue muy limitada. Hoy, la realidad nos dice otra cosa: es un medio que está en todo el mundo, se emplea masivamente, ha cambiado multitud de ocupaciones y aún tiene un amplio campo para seguir introduciendo modificaciones en las formas de vida de las personas, las instituciones y del mundo. También, hace más de 50 años se hablaba de que el país sería desarrollado al comenzar el siglo XXI. Un evento ocurrió, pero el entorno actual no es de país desarrollado. En paralelo, es posible imaginar lo que podría ser, por ejemplo, la Región de la Araucanía en 50 años más si se sigue haciendo acciones como las actuales y a través de esos alternativos futuros (o de los más probables) poder evaluar los pros y los contras de cada uno. Esto podría proveer antecedentes para imaginar acciones concretas, a aplicar desde ya, que intentarán llevar a entornos que cumplan los objetivos que se consideren más idóneos. Los entornos futuros posibles y alternativos sólo serán ciertos o inadecuados cuando se confronten con la realidad de ese momento futuro. Serán, a veces cercanos a lo que se supuso, ni buenos ni malos. Pero si se dispone de ellos se podrá trabajar anticipadamente para “mejorar los valores de sus descriptores” y utilizar métodos para evaluar si resultan adecuados, para seguir avanzando en los caminos trazados o para hacer proyectos de cambio. De esta manera, se pueden trabajar futuros eventos que cambien la trayectoria del entorno y lleven hacia realidades potenciales futuras a donde se quiere o se desea ir. Por eso es bueno revisar la importancia de las miradas al futuro preguntándonos qué puede ser más conveniente: ¿La exploración astrofísica o los impulsos para crear un entorno donde impere una salud universal, preventiva y de bajo costo? ¿Las acciones tendientes a tener una sociedad democrática ampliamente relacionada o el almacenamiento de archivos personales? ¿El desarrollo de sistemas de resguardo de la privacidad personal o el desarrollo de una enseñanza superior de calidad mundial? Una diferencia entre mirar el futuro como eventos o como entornos, e influir sobre ellos, es que, en el primer caso, se busca un resultado que está centrado en quien lo desarrolla (y su justo beneficio individual) y que de una, o muchas, maneras ayudará a las personas y, en el segundo caso, mirar al entorno se centra en mejorar las condiciones generales de vida de la comunidad, con los respectivos beneficios sociales. Por eso, si se trabaja para resolver problemas de prevención de la salud o de traslado humano urbano, para vivir mejor, que representan necesidades globales ¿no se llegará a ayudar a una mayor parte de la humanidad en vez de hacer avances en eventos centrados en la ciencia, que son muy valiosos, pero para lo cual hay que disponer de importantes contingentes de personas ilustradas, que son muy difíciles de encontrar? No es menor esta tarea sobre el futuro. Por eso valoramos que se haga un Congreso sobre el Futuro cada año. Pero echamos de menos que esta actividad no sea una labor principalmente del ejecutivo, que sea una actividad continua y estratégica para el futuro desarrollo del país. Que, además, se institucionalice y trabaje con métodos y con personas idóneas, y con la ética propia del profundo sentimiento humano de trabajar por el mejoramiento del futuro de los demás.