viernes, 17 de agosto de 2018

CONOCIMIENTO Y EDUCACIÓN.

Se avanza gracias al conocimiento y a la educación: Primera parte ¿De cuál conocimiento? El rápido y dominante avance del conocimiento singular. Vivimos en un mundo lleno de aportes científicos que nos llevarán a Marte y cerca del sol; habrá minúsculos artefactos en nuestros cuerpos para ayudarnos a estar saludables; habrá muchos edificios para cultivar lo que hoy se hace en el campo, y muchísimo más, todo gracias a los avances de la ciencia y del conocimiento. Este proceso se realiza desde tiempos pretéritos y se ha acentuado en los últimos decenios. Observamos que va en expansión gracias a la contribución de miles de científicos de todos los países. Para que este desarrollo se produzca es necesario que muchas personas acentúen su trabajo en las áreas del conocimiento que dominan. Y gracias al esfuerzo sistemático por ir más lejos logran hacer descubrimiento que nos deslumbran cada día. Sin olvidar que tras estos avances hay otras personas que hacen esfuerzos, también con el uso del conocimiento, de acciones destructivas o anti desarrollo. El crecimiento de un área del conocimiento es un avance de la singularidad, o sea, del desarrollo de algo que es único y que por lo tanto es diferente a todo lo demás, como ocurre, por ejemplo, con el diseño, la producción y los viajes de cohetes espaciales. Y gran parte de estos progresos se debe a la aplicación del “método científico” que la comunidad respectiva usa para contestarse preguntas, hacer observaciones y experimentar y llegar a conclusiones y con ello establecer nuevos conocimientos. Las contribuciones que se seguirán obteniendo por este tipo de procesos científicos debiera ser creciente y es probablemente a lo que ayudará el funcionamiento del nuevo Ministerio de las Ciencias, que deseamos sea un motivador para incrementar el conocimiento del país. Es indispensable confrontar el conocimiento singular con el entorno en el cual se desenvuelve. Al reparar en el conocimiento antes descrito, es decir, del avance de un tema o de una singularidad, por ejemplo, el clima, o el transporte, se está suponiendo que todo lo que lo rodea no tiene mayor impacto en las conclusiones alcanzadas. Lo cual no nace de una razón abierta. Todos sabemos que vivimos en un universo sobre el cual hasta el día de hoy sabemos harto poco, aunque si sabemos mucho de ese poco. Y que ese universo no se comporta como dice el cúmulo de desarrollos singulares. Estos procesos se han aplicado desde el siglo XVII, con los aportes de Galileo Galilei. Pero ha protegido algo que es rarísimo desde el punto de vista del avance del conocimiento para la humanidad, porque se abstrae de todo lo que está fuera de la singularidad, cualquiera que sea, y se hace una verificación muy reducida o nula de la realidad en que esa singularidad opera. Por eso algunos hablan de que el conocimiento singular no hace referencias a certezas absolutas. Nace un nuevo método para el avance del conocimiento: el intersticial. Como todo está relacionado en el universo, por lo menos nos lo dice al observar lo que nos rodea, si, por ejemplo, tomamos el “transporte” este tiene relación con el tipo de clima, con diferentes vías y su estado, con el volumen y densidad, con la velocidad, con los estacionamientos, con el estado de salud y de temperancia del conductor, con el mantenimiento del vehículo, con otros vehículos, con los peligros en el trayecto, etc, para no aburrir. Es por eso que debe existir un camino o método que tenga por objetivo descubrir nuevos conocimientos en la integridad, respetando los métodos de la singularidad. Y este nuevo camino ayuda a hacer avanzar en el conocimiento en la medida que se llenan los vacíos que existen cuando se trata de relacionar temas singulares (independientes entre sí) como, por ejemplo, lo que relaciona a la salud, con la astronomía, y con la música, siendo cada uno un tema que ha desarrollado enormes conocimientos y crecientes. Y aquí aparece el conocimiento intersticial que se obtiene por medio de un método diferente, que es a partir de los “vacíos o intersticios” que existen cuando se trata de relacionar, por ejemplo, el cáncer con: espacio, viajes, vestuario, diferentes materiales, o ingeniería sísmica. Surge desde luego la pregunta obvia, ¿pero que tienen en común esas singularidades? La respuesta está en el hecho que en el universo todo está relacionado y el hecho de que no se sepa hoy día cuáles son esas relaciones sólo significa que no tenemos “los conocimiento respectivos” y que hay que trabajar mucho y de manera diferente. En los casi 50 años de consultores hemos reconocido que por ejemplo, los “espacios saludables móviles” es un tipo de conocimiento que no nace de una singularidad específica sino que es el resultado de llenar algunos de los intersticios entre: construcción, salud, madera, sustentabilidad, clima, cobre antibacteriano, transporte, terrenos no habitados, etc. Conclusión. Lo más interesante ha sido establecer un método para llenar algunos de los muchos intersticios que nos presenta en forma creciente el avance de las singularidades. Y le preguntamos al lector: ¿Cuáles podrían ser los nuevos conocimientos útiles a obtener si se relaciona: edificios en altura, con camarones, con andinismo y con estudios superiores? No parece fácil, pero es posible y aunque al comenzar no sabemos con qué vamos a concluir, hemos descubierto que este camino es riquísimo para lograr nuevos conocimientos y que no nos podemos contentar con sólo el avance del conocimiento singular. La invitación queda hecha, de las opiniones de los lectores depende que avancemos en el conocimiento intersticial.