El control es una función que se ejerce en toda actividad tanto para tareas como para resultados. En general, se determina en forma previa a la acción y a los resultados (y mucho más). A partir de situaciones específicas las soluciones reales del control son de muy diferente tenor – complejidad, oportunidad, costo, reacciones, sorpresa, etc.
Dado que ejecutar el control tiene costo muchas veces se prefiere ignorar su realización, hacerlo en forma insuficiente, usar sólo la sorpresa o dejarlo para después que haya ocurrido un descalabro en los procesos o en los resultados o logros.
Es la existencia de sistemas de control incompletos, inadecuados, sesgados o simplemente incorrectos lo que lleva a los arreglos de cuentas de clientes, los acuerdos de productores en precios o en participaciones de mercado o las bajas pensiones que obtienen la mayoría de los pensionados. En el caso de la salud su costo es más alto debido a la falta de control sobre la persona sana (prevención) que lleva a la concentración en la curación.
El control es una de las funciones propuestas por Fayol a principios del siglo pasado y es desarrollada cada día para evitar los errores anteriores, que cuestan muchos recursos para los productores, los consumidor y toda la sociedad. Es sólo cuestión de ser serios en su aplicación y seguimiento.
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