martes, 6 de diciembre de 2011

LA DEBILIDAD DEL CONTROL EN EL QUEHACER SOCIAL.

El control es una función que se ejerce en toda actividad tanto para tareas como para resultados. En general, se determina en forma previa a la acción y a los resultados (y mucho más). A partir de situaciones específicas las soluciones reales del control son de muy diferente tenor – complejidad, oportunidad, costo, reacciones, sorpresa, etc.

Dado que ejecutar el control tiene costo muchas veces se prefiere ignorar su realización, hacerlo en forma insuficiente, usar sólo la sorpresa o dejarlo para después que haya ocurrido un descalabro en los procesos o en los resultados o logros.

Es la existencia de sistemas de control incompletos, inadecuados, sesgados o simplemente incorrectos lo que lleva a los arreglos de cuentas de clientes, los acuerdos de productores en precios o en participaciones de mercado o las bajas pensiones que obtienen la mayoría de los pensionados. En el caso de la salud su costo es más alto debido a la falta de control sobre la persona sana (prevención) que lleva a la concentración en la curación.

El control es una de las funciones propuestas por Fayol a principios del siglo pasado y es desarrollada cada día para evitar los errores anteriores, que cuestan muchos recursos para los productores, los consumidor y toda la sociedad. Es sólo cuestión de ser serios en su aplicación y seguimiento.

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