sábado, 10 de marzo de 2012
HAY QUE MEJORAR LAS ESTIMACIONES DE INFLACIÓN.
La anticipación de la inflación,  indispensable en las decisiones de inversión, de endeudamiento, de liquidez, de precios, de compras y de ventas y, desde luego, para estimar el valor real del dinero y de los bienes en el futuro, es un aspecto muy fundamental. Sin embargo, podría haber una permanente  subestimación del  IPC, en particular en los últimos meses,  causada por el no reconocimiento de la  futura ocurrencia de fenómenos que afectarán los niveles de precios nacionales y  externos. Esto ha desorientado a algunos  agentes económicos y ha producido incalculables  traspasos  de recursos entre inversionistas, empresas  e individuos.
La inflación, con sus diferentes estimaciones y luego con las mediciones del IPC, la hemos seguido y comunicado  desde hace años, dadas sus  consecuencias en los procesos  decisionales  de empresas, consumidores y  autoridades.  
En la última década se  observa una tendencia a subestimar la inflación y a  bajar la TPM, sobre la base de estimular la inversión y el crecimiento,  llegándose con esto a tasas de interés real  negativas  y pocas veces superior al  2%, que por su bajo valor debieron haber  estimulado la inversión y con ello la consiguiente inflación. Curiosamente, en el último año la tasa de interés tuvo su mayor valor real y ha sido un año de alto crecimiento de la economía.
Por estas, y otras razones, seguiremos  insistiendo en la necesidad de  hacer estimaciones sobre la inflación pero con una revisión  tanto de los métodos de estimación como de los sesgos profesionales  de quienes participan en la estimación de dicho  indicador. Una manera de reducir estas desviaciones o   errores sería incluir  también a profesionales que  tengan una  formación particular y profunda en  métodos de anticipación y que, además, aporten una perspectiva que vaya más allá de la  economía. La  dificultad que ha existido para anticipar los fenómenos económicos más graves, que han sido recurrentes en la última década, avalarían esta propuesta. 
La relación entre estimación y, luego, realidad  también se observa  en algunas  instituciones económicas internacionales que acostumbrar cambiar sus estimaciones de  inflación en cuestión de dos o tres meses, probablemente con el propósito de llegar al final de cada año con menores desviaciones. Finalmente, es de esperar que  las instituciones y personas que hacen estimaciones sobre inflación estén de acuerdo en que es importante dar explicaciones sobre sus aciertos y sus desviaciones, de manera de poder sacar conclusiones a partir de las razones que entreguen oportunamente.
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