jueves, 7 de febrero de 2013
FUTUROS Y DESENCUENTROS METODOLÓGICOS.
Después de trabajar muchos años en la enseñanza y aplicación de diferentes enfoques (modelos, instrumentos, sistemas, etc.) para anticipar, o para mirar, el o los futuros que interesan a diferentes actores, los resultados son desalentadores. Lo avala la inexistencia de una agencia privada o pública, conocida, que se preocupe de este tema lo que lleva a la conclusión de que es casi nula la importancia que se da a anticipar el futuro, en relación a diferentes temas o materias que sean de interés nacional o sectorial.
Sin embargo, el futuro y su anticipación está presente en muchas actividades del país, como en algunas preguntas de encuestas nacionales muy reconocidas, prestigiosas y publicitadas. Por ejemplo, cuando se pregunta a cada encuestado sobre cómo cree que será su situación económica en doce meses más o se le pregunta si cree que la mayoría de las personas van a ir a votar en noviembre próximo o se le pregunta quién cree que será el próximo Presidente, se le pide a la persona que entregue su mejor respuesta dentro de algunas alternativas. Y el encuestado con toda la libertad que se requiere da su respuesta. Esa respuesta es su certeza, puesto que no se le permite que señale las dudas que tiene sobre que ello vaya a ocurrir o no: podría decir que será presidente una persona que no llegue a las primarias, o que será presidente un candidato que se retire en el mes de septiembre. Es decir, que en estos casos su respuesta resultaría ser un mal predictor de lo que nos depararía el futuro y porque lo más probable es que la mayoría de los encuestados sean persona no capacitadas para anticipar el futuro. No porque el encuestado entregue una respuesta única se puede negar que el futuro puede ser muy diferente. Cada persona encuestada da una respuesta, se suman las similares, se obtienen estadígrafos y márgenes de error. Y se hacen los análisis que cada uno quiere. Aunque no deja de ser crucial indagar sobre el significado que tienen los márgenes de error estadísticos cuando las respuestas de los encuestados son básicamente inciertas.
Cada persona que contestó la encuesta tuvo que decir algo que él cree que ocurrirá en el futuro, le guste o no le guste esa ocurrencia, según el contenido de la pregunta. Probablemente cree que hay otras respuestas posibles para la pregunta pero, por algunas razones desconocidas, él cree que es la correcta, es decir, que el futuro se comportará según su respuesta. ¿Es posible hacer una aseveración tan tajante sobre el futuro? No. Eso es imposible. De ahora a diciembre de este año ocurrirán muy diferentes acontecimientos que irán marcando los aspectos relativos a esa elección: que el candidato no se presente, que pierda las primarias, que se accidente, que decida cambiarse a otras alternativas más atractivas para su vida futura, aparte de muchas cuestiones que pueden afectar su candidatura, ajenas a su propia voluntad.
¿Y por qué se da tanta importancia a esta parte de una encuesta referida a un hecho futuro, dado que el futuro es incierto? ¿Por qué se supone que cada encuestado es un experto en anticipar ese futuro? y ¿es posible que haya tanto expertos en un país donde a muy pocas personas les interesa pensar, trabajar o anticipar sobre ese u otros futuros?
Es cierto que estudiar y aplicar las diferentes metodologías de anticipación o de prospección es tedioso y a veces aburrido, pero es más lamentable intentar convencer, a quienes corresponda, que hay que hacer trabajos profesionales que tengan por objetivo ayudar a la toma de decisiones. Es al parecer un tema que casi a nadie interesa. ¿Y por eso: Tendremos un buen futuro como todos lo deseamos?
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