viernes, 4 de enero de 2013
ESCENARIOS ECONÓMICOS PARA ESTE AÑO Y SIGUIENTES.
En las últimas semanas diferentes medios han entregado proyecciones de la economía nacional para fines del año. El Banco Central señala un PIB entre 4,25 y 5,25%, un IPC del orden del 3%, y otras cifras y enuncia consideraciones que podrían alterar esos valores. A su vez, varios analistas proponen cifras parecidas que apuntan, supuestamente, a lo que sería el "escenario más probable".
Después de seis años de turbulencias mundiales ¿se podría esperar un año de más calma? En las actuales condiciones resulta interesante señalar que se avecinan situaciones que podrían ser controvertidas en el plano nacional y en el exterior, que podrían cambiar significativamente los resultados esperados de ese escenario más probable, tanto en la dirección positiva como negativa.
En el plano nacional hay elecciones, que podrían ser muy reñidas: conservar el gobierno, o reconquistarlo, y eso conllevaría efectos muy especiales en: gasto público y privado, cumplimiento de expectativas sociales, déficit fiscal, balanza comercial, demanda interna, proyectos importantes en infraestructura, energía, vivienda, salud y la lógica incertidumbre sobre el nuevo gobierno. Más aun cuando no se conocen las promesas que harán los candidatos, ni las que presentará quien gane la presidencia y el congreso. Esto puede afectar los precios internos, los optimismos y los pesimismos para invertir, y muchas otras variables económicas importantes para avanzar hacia el desarrollo.
En el plano internacional están las situaciones contingentes con países vecinos y sus efectos en los intercambios y situaciones más lejanas que pueden tener repercusiones internas, como la dirección que tome la economía norteamericana y los países emergentes, los altibajos en el éxito de la planificación centralizada de China, la tónica de las soluciones que se publiciten y las que se apliquen en la zona del euro, la irrupción de innovaciones tecnológicas que tengan impactos importantes, descontentos sociales que se podrían profundizar en algunos países y zonas del mundo, al mismo tiempo que acciones que busquen cambiar la distribución de la riqueza.
Es válido reconocer que el futuro es impredecible, como lo sabe todo el mundo, y que a fines de año se tendrán los resultados reales. Pero en aras del desarrollo se echa de menos la presentación de algunos escenarios alternativos para este año, pero mucho más, escenarios para futuros más distantes, que es donde se jugará la llegada al mundo desarrollado.
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