viernes, 1 de agosto de 2014
REFORMA A LA EDUCACIÓN: ¿BUROCRATICA O DEL NUEVO MILENIO?
La Educación del Nuevo Milenio (ENM) será el 2035, según uno de los escenarios posibles, una realidad incuestionable, justo cuando las reformas burocráticas, que se hagan en el presente, podrían estar empezando a dar sus frutos en la formación técnica o profesional.
Hoy día es posible y conveniente distinguir dos tipos de reformas de la educación. Los modelos burocráticos y la ENM. Los primeros tienen características muy propias porque parten de ideologías, que lamentablemente representan realidades parciales, invierten mucho tiempo en tratar con diferentes componentes o grupos de personas, cada uno con sus intereses y sus pesos específicos. Son procesos que se inician de muy distintas maneras, según se tenga o no claro hacia dónde debe ir encaminado el cambio y cuáles serán los objetivos a conseguir. A veces, establecen un conjunto de objetivos preliminares, que van evolucionando; determinan a priori los componentes principales y los secundarios - lo que no siempre cubre a todos los constituyentes que tienen poderes para afectar el resultado final - se trabaja cada componente en forma separada con el propósito de unirlos más adelante, aunque muchas veces acuerdos bilaterales animan a otros constituyentes a buscar ganancias adicionales; establecen reglas y procesos, se confeccionan reglamentos para sus diferentes componentes; se establecen bases programáticas y proyectos educativos, se determinan pruebas a aplicar, programas de cursos, titulaciones, se legisla sobre el tema y luego un largo etcétera, entre ellos una danza de millones de dólares.
En estos procesos, se simplifica el tema del contenido o conocimiento que impondrá esta educación, porque lo más fácil es que sea el mismo que había antes de ella. Porque ¿para qué cambiar el contenido de manera significativa, si en el estado anterior no se logró que ese conocimiento fuera dominado por quienes eran los sujetos de la formación? Y, porque, por encima de todo, a una persona razonable le resultará difícil imaginar que una vez promulgada, cada uno de los grupos componentes interesados cambie sus comportamientos exactamente como se necesita para producir los cambios que requiere el nuevo sistema educativo.
Otro de los aspectos que se tiende a minimizar, a postergar o a definir en términos muy complejos es el de la calidad que debe tener esa nueva educación. Se discutirá si la calidad es en relación al conocimiento a entregar, a lo que deben saber los sujetos del aprendizaje, y si cubre conocimientos, habilidades y destrezas de diferentes tipos. O si se medirá por la empleabilidad o por otros factores de mercado. También se discutirá si habrá estándares y pruebas, si todos deben cumplirlos, si serán absolutos o relativos, si se asemejarán a los de determinado sistema educativo extranjero, y nuevamente etcétera, hasta que se silencie el tema de la calidad.
Se dirá que como el conocimiento está en permanente cambio el nuevo sistema lo incluirá, pero dada todas las trabas que se le pongan y los limitados recursos que se definen para su funcionamiento hará casi imposible que se introduzca oportunamente el nuevo conocimiento, así como los mecanismos e instrumentos que irán apareciendo para ayudar al aprendizaje.
Por su parte los modelos del tipo ENM, según uno de sus escenarios – con su respectiva incertidumbre - no seguiría el camino anterior porque se está construyendo, en forma universal, con los elementos más adecuados para cada etapa y las personas irán adhiriendo a él de manera voluntaria, en la medida que les sea de beneficio obtener sus conocimientos y habilidades con los diferentes medios virtuales y comunicacionales que estén disponibles, así como, con los instrumentos con contenido educativo que se introduzcan al mercado, que son, y se espera que sean, de tal magnitud que la educación más efectiva será aquella que recoja estos avances y los provea de manera adecuada y se ponga a disposición de las personas. De esta manera, estos “estudiosos” estarán mejor preparados para ocupar posiciones de relevancia, en un mercado cada día más tecnológico y donde los nuevos conocimientos y habilidades serán indispensables.
Lamentablemente los sistemas burocráticos no podrán avanzar, con facilidad, según cambian los tiempos, porque su ideología, sus objetivos, sus reglamentos y sus recursos harán imposible hacer los cambios en forma continua, oportuna y rápida.
La educación que recoja los avances del milenio no tendrá que atenerse a procesos de ingresos igualitarios, no tendrá deudas y lo más probable que sea de lucro para algunos participantes, puesto que las ganancias de productividad continua que obtengan los que se benefician de esta nueva educación más que compense el monto del lucro.
Como consultores hemos conocido y analizado procesos burocráticos de cambio importantes y casi siempre en ellos hay puntos rígidos, que dificultan o impiden los cambios oportunos más adelante. Por lo que se puede suponer un escenario a 10 años, en el que no se logra la calidad esperada de la educación que, se formule otra reforma para modernizarla. Y los componentes o grupos de interés, principales, seguramente tendrán similares o iguales posiciones que en el pasado.
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