lunes, 31 de agosto de 2015

¿ES POSIBLE EL DESARROLLO ECONÓMICO CON INNOVACIONES MAYORES?

¿ES POSIBLE EL DESARROLLO ECONÓMICO CON INNOVACIONES MAYORES? El desarrollo consiste en el incremento de los bienes y servicios que obtienen una comunidad, en lo posible que esa riqueza se reparta equitativamente, y en democracia. Las naciones que se han desarrollado en las últimas décadas han realizado diferentes acciones, que parecieron al comienzo como quimeras de largo plazo y que han logrado transformarse en indesmentibles. Es posible que parte de sus poblaciones hayan tendido características especiales, pero fueron las innovaciones, es decir, la realización de proyectos que eran nuevos y desconocidos para la mayoría, las que en forma secuencial los llevaron a su desarrollo económico. En 1939 se promulgó la ley que creó la CORFO y con ello vino la industrialización en acero, electricidad, petróleo, remolacha, telecomunicaciones, y otros sectores, que fueron innovaciones de envergadura, con capitales públicos y privados. Luego, surgió una industrialización que terminó por desaparecer al abrir las fronteras a la competencia internacional. Las etapas siguientes han sido mayoritariamente de explotación de los recursos naturales, por empresas públicas y privadas, marchando por caminos separados. No hay duda que en todas estas décadas las empresas públicas y privadas del país han progresado, y han creado las condiciones para que surjan muchas iniciativas para dar impulsos a la innovación, incorporando a cientos de nacionales y de extranjeros para que trabajen sus ideas y sus proyectos en diferentes regiones del país. Y últimamente la Comisión Presidencial, Ciencia para el Desarrollo de Chile ha proporcionado importantes aportes para el futuro desenvolvimiento de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación (CTI). Estos esfuerzos son muy necesarios y muy loables y por eso debe estimularse a todas las empresas y personas que participan en los cientos de proyectos de innovación que están en ejecución. Sin embargo, nuestra contribución, como consultores de empresas, tiene algunas diferencias con lo anterior y que nos parece conveniente presentar como un aporte más al desarrollo de la industria de la innovación, que cobra importancia mundial y nacional. En primer lugar, concebir, que en una fecha futura, se tendrá un país con un desarrollo en CTI, que aproveche las enormes riquezas y oportunidades que el país brinda está sólo en la mente de quienes lo plantean y no tiene que ver con lo que podrá ser el país en el año 2030. El futuro es esencialmente incierto y la interacción de los sucesos futuros pueden conducir a resultados inesperados, tanto superiores como inferiores o muy diferentes a los enunciados por la Comisión. Por lo que sugerimos que se compare ese futuro deseado con los escenarios o Delfos más posibles en CTI en los próximos 5 a 10 quinquenios. En segundo lugar, cada región del mundo tiene características que puede aprovechar para aplicar la CTI, pero, hoy día, considerando que las limitaciones nacionales se hacen cada vez menos importantes para innovar (el lector puede hoy día crear nuevos productos o servicios, en casi cualquier país del mundo y transarlos en otros lugares del mundo sin moverse de su escritorio) y el mercado al que se puede acceder, tanto en productos y servicios para los consumidores o para empresas, es casi inmediato. En tercer lugar, también sabemos que muchos de los proyectos actuales de innovación, si llegan a ser reales y si tienen algún impacto en el desarrollo será un acierto, pero estarán lejos de ayudar al desarrollo económico potencial que ofrece el cambio en CTI que está en proceso en el mundo y al que se puede acceder desde ahora. En cuarto lugar, para que una innovación sea exitosa y contribuya de verdad al desarrollo económico del país debe cumplir varias condiciones, algunas de las cuales enunciamos a modo de ejemplo a continuación : (a) debiera satisfacer un mercado de cientos , miles o millones de empresas y de consumidores, (b) debiera contener tecnologías, en algunos eslabones fundamentales de su cadena de creación de valor, que sean únicas (por lo menos por algún tiempo), debiera tener unos márgenes altísimos y, por lo tanto, generar un enorme flujo de empleo y de utilidades, indispensables para que se pueda seguir innovando en otros proyectos, como muestran las empresas exitosas del mundo. Probablemente cada uno de los más de 100 proyectos “unicornios” (New York Time del 23 de agosto de 2015), según inversionistas, podrían llegar a valer mil millones de dólares en su lanzamiento al mercado. Estos son proyectos sobre educación, drones, tecnologías en salud, en farmacias y diferentes servicios on line. ¿Es este camino una utopía? Puede serlo y las mayores dudas, en general, se centran en el deseo de continuar con empresas que explotan materias primas o productos de márgenes de importancia menor, y que están afectas a los cambios de la demanda externa, a la variación de los costos y de los precios relativos y al valor de las divisas. Y nos parece bien que eso ocurra en el futuro cercano, pero, como anticipamos, el futuro mundial de estas empresas está en un camino de desaparición o de venta a empresas extranjeras, las que con sinceridad no están interesadas en el desarrollo de Chile. No, no están interesadas en nuestro desarrollo (ver el destino de ENDESA y ENERSIS chilenas, que hoy son italianas) y, por eso, el camino más probable es que inexorablemente no conducirá al desarrollo económico del país. En el futuro habría que hacer grandes innovaciones para emprendimientos de tal tamaño que atiendan a la población mundial. ¿Y eso es tan difícil de imaginar? Algunas sugerencias de campos en los cuales sería posible actuar. La medicina es un ejemplo. En el mundo su desarrollo ha estado centrado en la enfermedad, no en la salud. Por eso, acciones en pro de una medicina prospectiva y preventiva, que incluya a la odontología desde el nacimiento, es una solución que hoy día está más a la mano y la sociedad que la logre poner en acción podrá exportarla a la mayor parte del mundo y se lo agradecerán. Esta innovación no saldrá de las aulas de la medicina porque va contra la costumbre, sólo será posible si participan otras profesiones. Otro campo es educación, de todos los niveles, que cambiará de manera fundamental. Los niños a los pocos años podrán aprender diferentes idiomas, experimentar con nuevos instrumentos no imaginados por los mayores, habrá carreras nuevas, más cortas y más largas, y los instrumentos para el aprendizaje y la evaluación serán pequeños aparatos de amplia difusión de manera que el aprendizaje sea rápido, oportuno, permanente, con menos costos y con más actualidad. También habrá cambios en la comercialización de productos y servicios. Cada día en el mundo se venden y se compran billones de productos servicios, y por encima de los 200 mil millones de dólares (casi el PIB anual del país) y para eso las personas tienen que visitar muy diferentes locales o entrar a muchos cientos de páginas en Internet. ¿Cuánto de este recorrido y gasto de tiempo para vendedores y compradores se puede ahorrar con sistemas más eficientes y obteniendo precios más bajos? Y en algo muy conocido como es la construcción. Los espacios cerrados en los cuales las personas nacen, viven, se educan, trabajan, se divierten, hacen deporte, reciben diferentes tipos de servicios son en general insalubres, porque a casi nadie le ha interesado, por ahora, hacer mediciones sistemáticas de temperatura, humedad, bacterias, elementos cancerígenos y gases y pisos y muebles anti accidentes , por eso, muchas de las enfermedades se generan en los espacios cerrados y semi cerrados (a lo que no se escapan muchos edificios dedicados a la salud) en los que habitamos las personas. Y esto es mundial. Además, gran parte de esas construcciones no son anti sísmicas. ¿Se imagina el lector edificios hasta de ocho pisos construidos en madera, de los bosques chilenos, que soporten mejor los sismos y que al emplear cobre antimicrobiano en aquellos elementos de contacto humano sean más saludables? ¿A caso no podría ser una innovación susceptible de venderse en gran parte del mundo? Y hay muchas más oportunidades que se podrían impulsar en el futuro, pero cada día más cercano, para cubrir grandes mercados, emplear a miles de personas, con márgenes enormes y con rentabilidades que hagan de verás un país desarrollado, pero con la modernidad, y no con los argumentos de las materias primas, de valores agregados mínimos y con tecnologías obsoletas o a punto de sucumbir. Pensemos en el desarrollo, pero en lo nuevo, en lo que tiene futuro: en el desarrollo del mundo de este siglo, donde habrá oportunidades para todos los que vivan en esta tierra nuestra, que no será impulsado por los que están cómodos, los viejos de pensamientos, los de ideologías que se quedaron en las consignas decimonónicas los que no quieren que haya cambios para no perder sus privilegios en puestos públicos y privados, en riquezas bien o mal adquiridas, en habilidades donde reina la corrupción y el ladroneo y el aprovechamiento de parentescos y otras relaciones espurias.

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