miércoles, 22 de marzo de 2017

EQUIVOCACIONES Y MENOS RIQUEZA PARA CHILE.

¿Un historial de equivocaciones económicas y de menos riqueza para Chile? En Enero de 2012, hace más de 5 años, se anticipó que la economía nacional vendría a mal, y coincidió con que el Banco Central bajó la TPM de 5,25% a 5% e inició una tímida, larga y continua baja de la misma hasta este mes, cuando la fijó en 3% Es decir, en este largo plazo la TPM bajó en 2,25%, Desde ese año, las autoridades anunciaban que estas bajas estaban dirigidas a que se reactivara la economía. Casi a fines de ese año, noviembre del 2012, señalamos que era peligroso anticipar el futuro económico con un solo escenario y que era necesario que los especialistas responsables de tomar estas decisiones indicaran los escenarios alternativos posibles. Pero no fue así. El incentivo a invertir y a estimular el crecimiento parecía estar basado en que la tasa real de interés, que había quedado en menos de 1%, impulsaría el crecimiento económico. Desde entonces hemos insistido que las variaciones de la TPM, en este particular ciclo económico, tiene un efecto muy indirecto y lleno de sorpresas sobre la inversión y el crecimiento económico, dadas las muchas variables de tipo político y social que han participado, y lo hicimos ver cuando, en octubre de 2013, preguntamos a la autoridad: ¿por qué se mantuvo la TPM en 5% durante 21 meses cuando la economía ya mostraba claros signos de desaceleración? No sabemos las razones que se tuvo para ello, pero lo que es claro que el escenario utilizado fue tremendamente equivocado. El resto de la historia es conocida, se siguió bajando la TPM con la ilusión de que se estimulara la inversión y el crecimiento del PIB. Pero han pasado largos 5 años y lo anunciado no se cumplió puesto que el 2013 bajó el PIB al 4% desde el 5% del año anterior y siguió en alrededor del 2% en los años siguientes. Y eso ha significado que la riqueza del país y a la cual tienen derecho todos los chilenos ha sido significativamente menor a la esperable. Consideramos que este tema debe interesar a todos porque si se hubiera logrado un crecimiento promedio del PIB del mismo 4%, obtenido el 2013, el aumento de la riqueza de la economía podría bordear en el período 2014-2017 a cerca de los 100 mil millones de dólares, en vez de los menos de 50 mil millones que es posible que se logren. Esto representa mucha riqueza que no se obtuvo para resolver los muchos problemas de calidad de vida de la población más pobre del país. Y todo porque el remedio utilizada fue inadecuado. Esta ha sido una tremenda pérdida nacional causada por decisiones erradas, a destiempo y considerando escenarios que nunca se cumplieron. Todo decisor debe reconocer que el futuro es incierto y que si se equivoca reiteradamente debe retirarse de esa actividad, Con este tipo de autoridades, principalmente públicas, se postergan al infinito el anhelo de ser un país desarrollado, aparte de los muchos otros efectos que esta secuencia de decisiones erróneas producen en todas las actividades económicas, sociales y culturales del país. Por eso concluimos que cuando se asume la responsabilidad de tomar decisiones sobre la TPM, con los efectos que ella produce en la comunidad, se presume que es posible que se produzcan efectos indeseados, pero cuando la autoridad reitera su actuar y, con ello, se reiteran los efectos indeseados, lo que corresponde es hacer a un lado. Y, ahora, trenzarse en discusiones económicas sin entrar de lleno a resolver estos problemas es una manera de dilatar su solución e insistiremos en: (1) que siendo la decisión de la TPM tomada por profesionales con claras orientaciones políticas según se colige de su manera de ser elegidos, es más un cuerpo político que económico y, por lo mismo, sería más propio que la decisión la tomará el gobierno de turno y con ello no diluir las responsabilidades políticas correspondientes y (2) que probablemente el mercado, con las nuevas tecnologías y el manejo de la big data, probablemente sería más certero para determinar las tasas de intereses entre diferentes operadores y clientes.

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