sábado, 6 de mayo de 2017

¿ES POSIBLE LA INNOVACIÓN POLÍTICA: AHORA?

¿ES POSIBLE LA INNOVACIÓN POLÍTICA: AHORA? Este artículo trata de incorporar las nuevas tecnologías a la política y el gobierno de una comunidad, a partir de los actuales avances y los que se pueden anticipar a la luz de las innovaciones que cada día dan cuenta las principales empresas tecnológicas y los centros de innovaciones locales y globales. Partir por comparar el grado de influencia que tienen las nuevas tecnologías, la inteligencia artificial y la robótica a muchas actividades diarias de los ciudadanos contrasta con la visión que se tiene sobre una clase política que se sigue moviendo en conceptos pretéritos sobre decisiones, futuro, cambio global, elecciones, entes legislativos, uso del poder y acceso a los recursos, Es decir, se muy alejados a los políticos de considerar la introducción de estas nuevas avenidas en su incorporación a la vida política y social del país. “En la medida que las tecnologías de comunicación digital han evolucionado en las últimas décadas, la convergencia de la estructura de la red, la accesibilidad al hardware y los avances de software ha permitido a los individuos interactuar en varias formas, incluso contradictorias. Pueden explorar, ocultar, alcanzar, evaluar, conectar, negociar, intercambiar y coordinar en un grado mayor que nunca antes. Además, esto se ha traducido en un número cada vez mayor de usuarios que interactúan con la información de una manera sin precedentes y, debido a la portabilidad del dispositivo, y en ubicaciones físicas totalmente nuevas”. Esto lo escribieron B. Gordon, J. Baldwin-Philipi y M. Balestra, en Octubre del 2013, hace casi 4 años. Se sabe que la política se preocupa de los procesos decisionales que se refieren a todo un grupo o a una comunidad en relación a su desarrollo presente y futuro y al ejercicio de su gobierno, tanto desde el punto de vista de quienes detectan el poder como los que están en la oposición. Y, como responsables de ese gobierno, se preocupan de la distribución del poder y de los recursos. Los diferentes grupos que dominan la política en un momento determinado poseen sus propios principios y buscan imponerlos de diferentes maneras en su actuación y en la comunicación a toda la comunidad. Para muchos autores las personas que se interesan por la política están motivadas por intereses particulares y por el deseo de lograr poder en la distribución de los recursos y en elegidos como postulantes a cargos de representación local o nacional y en ganar las respectivas elecciones. Existe un artefacto, el celular, que nos debe dar luces sobre lo que se viene con las nuevas tecnologías. El celular se ha introducido en todo el mundo sin oposición o con pocas opiniones negativas. Por eso es un buen ejemplo para ilustrar los cambios que se viven: si Ud. se detiene a averiguar la cantidad de tareas que se pueden realizar con él descubrirá rápidamente que incorpora muchos artefactos que se han dejado de fabricar parcialmente y que han sido reemplazados por sistemas y por las famosas app. Por ejemplo, el celular reemplaza al reloj, al barómetro, la radio, el televisor, la grabadora, la máquina fotográfica, el espejo, etc, etc. ¿Sabe cuántos miles de puestos de trabajo se ha eliminado con estos procesos y cuántos más se eliminarán en la próxima década? Por ejemplo, los avances en las nuevas tecnologías los veremos cuando el celular sea una verdadera alcancía, donde se tendrá un monto de dinero que se podrá prestar a interés a un tercero sin pasar por ningún banco y que tendrá la supervisión respectiva para registrar y proteger el proceso de crédito entre personas. Este ejemplo está muy lejos de lo que ocurría hace 20 años atrás cuando para tener una cuenta corriente de un banco había que cumplir tantos requisitos que en el país había algo así como menos de un millón de ellas. Hoy día, el Banco del Estado debe tener sólo en las cuentas Rut de las personas que trabajan, a varios millones. Aunque sin duda esta modernidad contrasta con la deficiente atención que son capaces de dar estas empresas y servicios públicos que han introducido la computación para acelerar y asegurar los procesos voluminosos, pero que cuando llega el momento de atender personalmente a uno de sus clientes la lentitud y la inoperancia campean en casi todas las empresas y en casi todo el país. Por nuestro trabajo como consultores de innovación, estrategia y de futuro, hemos visto los avances en las nuevas tecnologías desde el año 1972 y nos surgen diferentes preguntas: Si Ud. paga o ha pagado muchas de sus cuentas por Internet y en general ha quedado satisfecho con la seguridad que le otorga el medio de pago, ¿por qué no podría votar en una elección local o nacional usando un sistema de naturaleza semejante? Si fuera tan fácil como esto elegir a un representante ¿No sería posible hacerlo por muchos de ellos? ¿Sería necesario que se suspendieran las actividades diarias para que se produjera una elección de este tipo? ¿Si fuera así de fácil votar en una elección no sería posible que los ciudadanos diéramos nuestra opinión sobre los temas más candentes de la vida en sociedad? ¿En realidad los representes nos reflejan bien cuando votan en el parlamento sobre impuestos, derechos civiles y sexuales, o sobre leyes que se refieren a las etnias o a “la puerta giratoria” de la criminalidad, o a las acciones que se deben tomar para que la droga no siga hipotecando el futuro de una parte importante de la juventud? Sabemos, porque lo hemos visto como una fiesta de primavera, que a los políticos les encanta dedicar tiempo y recursos a determinar el número de representantes que se debe tener en el Senado, en la Cámara de Diputados, en los cores, o en diferentes instituciones públicas y en una larga lista de organismos burocráticos, donde se supone que deben llegar las personas mejor preparadas del país. Pero también sabemos que desde hace más de 20 años las personas nos comunicamos en forma visual con personas que están ubicadas a miles de kilómetros de distancia y que es posible que decenas de personas lo puedan hacer en forma simultanea sin moverse de su lugar habitual de trabajo. No necesitan viajar, tienen los antecedentes a mano, no importa el huso horario, se ven las caras, los gestos, pueden actuar con moderación o llegar a alterarse, pero con la gracia que los que están a distancia no se podrán ir a las manos. Si estos avances han sido, y lo están siendo cada día más habituales, de poder interactuar personas que están a grandes distancias, que son mucho menores que entre Arica y Puerto Williams, podríamos imaginar un cuerpo legislativo único con 5.000 o 10.000 representantes que no tuvieran que movilizarse fuera de sus territorios, que podrían discutir y votar las veces que quisieran y cuyas rentas serían bastante más bajas que las actuales, porque sus costos lo serían y porque más personas estarían representando a los electores, con un cambio fundamental a los procesos que hemos visto por siglos de algunos partidos políticos que eligen no siempre a los mejores candidatos, sino que a los más cercanos o más amigos. Desde luego, que estos avances no serán de una día para otro, sino que tomaran tiempo, pero si lo hiciéramos serían innovaciones en el campo político y social que se podrían “vender o franquiciar” en otras partes del mundo y al mismo tiempo mostraríamos que somos mejores que todos los que nos han gobernado desde la república, poco antes de cumplir los doscientos años de existencia.

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