Desde hace algunas semanas hay un tema que provoca una gran alteración en los mercados financieros, bancarios y de la construcción que afecta a la economía de los Estados Unidos de NA, a Inglaterra y a muchos otros mercados. Es un fenómeno que tiene idas y venidas desde el punto de vista de esas economías. Esos fenómenos no son desconocidos, han ocurrido varios en las últimas décadas y se sabe que en muchos casos después de estas caídas se producen reacciones positivas que revierten la situación y hacen olvidar la crisis anterior.
Sin embargo, este tema no llega a tener mayor difusión desde el punto de vista de cada una de las empresas que ha tenido directa relación con los hechos, algunas de las cuales están sufriendo pérdidas importantes, como un banco inglés y el Citi, por mencionar a dos de las más renombradas. El problema por lo sabido ocurrió porque estas empresas hicieron préstamos a clientes riesgosos, que al no poder pagar sus deudas produjeron una corriente negativa en sus ingresos regulares.
Dada la importancia de estas dos empresas - y de muchas que están en una situación semejante - se puede sostener con razón que disponen de sus respectivas estrategia y que son dirigidas por personas cuyas capacidades y antecedentes gerenciales, hasta antes de estos sucesos, no estaban en duda.
La estrategia de una empresa (estrategia corporativa) o de cada uno de sus negocios está dirigida a determinar los medios que se emplearán para tener éxito en el futuro, dadas las condiciones que se consideran más probables, según los diferentes escenarios que se anticipen.
La estrategia corporativa está más preocupada de la valoración que hace el mercado de ella y del grado de concentración, diversificación, dispersión geográfica que se desea llegar a tener. En algunos casos la estrategia corporativa puede estar dirigida a la consolidación (que en otras palabras puede significar paralizarse) o a la reducción para sanear sus actividades y para luego reorientarse a mercados más atractivos y generadores de rentabilidades.
La estrategia de cada negocio está centrada en la cadena de creación de valor, en cuanto a la contribución que hace cada eslabón, las ventajas competitivas sostenibles, la potencial reacción o ataques de los competidores, la participación de mercado y los logros de objetivos económicos y financieros.
Por lo tanto, se puede suponer que las estrategias de estas empresas no tenía por objetivo obtener pérdidas como para poner en serio peligro a la empresa y a sus negocios, y que el precio de sus acciones bajara considerablemente.
En el lado de las capacidades y habilidades de sus directivos y principales ejecutivos es muy posible que hayan hecho sus mejore esfuerzos para el éxito de sus empresas y de sus propias posiciones de trabajo.
Lo más probable es que ocurrió un tipo de cambio en el entorno que no fue previsto en forma oportuna y no fue dimensionado en toda su magnitud. Sin embargo, es muy improbable que el cambio y parte importante de sus efectos negativos se hayan producido en un tiempo muy corto.
No sabemos cómo fue la reacción del equipo humano en cada una de estas empresas desde que tuvieron los primeros indicios de que podrían entrar en crisis pero, sin duda, que tomaron decisiones para revertir lo que avecinaban, las que no fueron suficientes u oportunas.
Finalmente, es posible que la estrategia corporativa y las estrategias de los negocios hayan sido inadecuadas por diferentes razones, pero todas estas construcciones son humanas y, en consecuencia, las causas de la crisis en cada empresa hay que buscarla en las conductas que siguieron sus directivos - muchos o pocos - y en el grado de sorpresa que iban teniendo a medida que la situación empeoraba.
Una importante lección que se puede sacar de este tipo de situaciones de crisis es que la estrategia tiene necesariamente que considerar con una muy alta prioridad los conocimientos, las capacidades y las experiencias de éxitos de sus directivos para sortear con éxito muchos años de actividad empresarial - con y sin crisis - de manera de asegurarse que han tenido la oportunidad de enfrentar y sobrevivir bien en situaciones muy diversas. Es poco común que las estrategias sean evaluadas por los propios directivos que las deciden desde este punto de vista. Y si es que lo hacen hay que felicitarlos.
Sin embargo, este tema no llega a tener mayor difusión desde el punto de vista de cada una de las empresas que ha tenido directa relación con los hechos, algunas de las cuales están sufriendo pérdidas importantes, como un banco inglés y el Citi, por mencionar a dos de las más renombradas. El problema por lo sabido ocurrió porque estas empresas hicieron préstamos a clientes riesgosos, que al no poder pagar sus deudas produjeron una corriente negativa en sus ingresos regulares.
Dada la importancia de estas dos empresas - y de muchas que están en una situación semejante - se puede sostener con razón que disponen de sus respectivas estrategia y que son dirigidas por personas cuyas capacidades y antecedentes gerenciales, hasta antes de estos sucesos, no estaban en duda.
La estrategia de una empresa (estrategia corporativa) o de cada uno de sus negocios está dirigida a determinar los medios que se emplearán para tener éxito en el futuro, dadas las condiciones que se consideran más probables, según los diferentes escenarios que se anticipen.
La estrategia corporativa está más preocupada de la valoración que hace el mercado de ella y del grado de concentración, diversificación, dispersión geográfica que se desea llegar a tener. En algunos casos la estrategia corporativa puede estar dirigida a la consolidación (que en otras palabras puede significar paralizarse) o a la reducción para sanear sus actividades y para luego reorientarse a mercados más atractivos y generadores de rentabilidades.
La estrategia de cada negocio está centrada en la cadena de creación de valor, en cuanto a la contribución que hace cada eslabón, las ventajas competitivas sostenibles, la potencial reacción o ataques de los competidores, la participación de mercado y los logros de objetivos económicos y financieros.
Por lo tanto, se puede suponer que las estrategias de estas empresas no tenía por objetivo obtener pérdidas como para poner en serio peligro a la empresa y a sus negocios, y que el precio de sus acciones bajara considerablemente.
En el lado de las capacidades y habilidades de sus directivos y principales ejecutivos es muy posible que hayan hecho sus mejore esfuerzos para el éxito de sus empresas y de sus propias posiciones de trabajo.
Lo más probable es que ocurrió un tipo de cambio en el entorno que no fue previsto en forma oportuna y no fue dimensionado en toda su magnitud. Sin embargo, es muy improbable que el cambio y parte importante de sus efectos negativos se hayan producido en un tiempo muy corto.
No sabemos cómo fue la reacción del equipo humano en cada una de estas empresas desde que tuvieron los primeros indicios de que podrían entrar en crisis pero, sin duda, que tomaron decisiones para revertir lo que avecinaban, las que no fueron suficientes u oportunas.
Finalmente, es posible que la estrategia corporativa y las estrategias de los negocios hayan sido inadecuadas por diferentes razones, pero todas estas construcciones son humanas y, en consecuencia, las causas de la crisis en cada empresa hay que buscarla en las conductas que siguieron sus directivos - muchos o pocos - y en el grado de sorpresa que iban teniendo a medida que la situación empeoraba.
Una importante lección que se puede sacar de este tipo de situaciones de crisis es que la estrategia tiene necesariamente que considerar con una muy alta prioridad los conocimientos, las capacidades y las experiencias de éxitos de sus directivos para sortear con éxito muchos años de actividad empresarial - con y sin crisis - de manera de asegurarse que han tenido la oportunidad de enfrentar y sobrevivir bien en situaciones muy diversas. Es poco común que las estrategias sean evaluadas por los propios directivos que las deciden desde este punto de vista. Y si es que lo hacen hay que felicitarlos.
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