martes, 1 de enero de 2013

MÁS SOBRE ESPACIOS SALUDABLES EN COBRE-MADERA.

MÁS SOBRE: EL DISEÑO, CONSTRUCCIÓN Y MANTENIMIENTO DE ESPACIOS SALUDABLES CON COBRE Y MADERA Santiago, 20 de Octubre de 2012 ÍNDICE 1. Introducción. 2. Los aspectos saludables y no saludables en los espacios cerrados y semicerrados. 2.1. Los principales diseños pasados y presentes para los espacios cerrados y sus efectos sobre la salud. 2.2. El cambio de objetivo de los nuevos diseños. 2.3. Un cambio revolucionario hacia el diseño de espacios cerrados y semicerrados saludables. 1. INTRODUCCIÓN. Después de muchos años y de mucha investigación nacional e internacional se ha llegado a la conclusión que las personas pernoctan, estudian, trabajan, se divierten y pasan mucho tiempo en diferentes espacios cerrados o semicerrados cuyo aporte a su salud es la mayor parte de las veces desconocido. No se reconocen algunos de los factores – indoors - que ayudan a la salud humana y se desconoce la mayoría de los peligros que tiene para la salud respirar – indoors -aire contaminado por materiales y por bacterias o lo peligros de los elementos físicos a los que se exponen, como pisos resbaladizos, o estructuras que se caen o desprenden en caso de un sismo. Cada uno de estos acontecimientos puede ser causa de una enfermedad o accidente que repercute en la salud y con ello se afecta el bienestar de las personas y sus recursos monetarios personales, de las familias y de toda la comunidad. La preocupación de vivir, trabajar, estudiar o entretenerse en espacios cerrados o semicerrados que sean de apoyo a la salud de las personas, y no de perjuicio o de potencial causa de accidentes, es natural y lógica. Sin embargo, cuando se revisa los objetivos de las instituciones que se dedican al diseño, a la construcción y al mantenimiento de espacios cerrados, se encuentra que sus propósitos están relacionados con la estética, la sustentabilidad, los materiales usados y su reciclaje, el costo por metro cuadrado, la ubicación y la orientación geográfica, la accesibilidad, los materiales, la altura, la luminosidad, la vista, el uso de diferentes energía, etc. Pero, no se encuentra entre ellos que los espacios cerrados o semicerrados, cualquiera que sea su uso, deban ser siempre saludables para las personas. No cualquier material usado en la estructura de un espacio o en sus revestimientos o en sus pisos, o en sus pinturas o en sus muebles y artefactos es inocuo desde un punto de vista de la salud de las personas que viven, trabajan, estudian o se divierten en ellos. Muchos elementos emiten elementos nocivos, que son causas de cáncer, de tumores, de estrés, de asmas, etc. Así como muchos objetos y muebles alrededor de las personas pueden transformarse en objetos letales- barandas y terrazas en alturas - bajo ciertas circunstancias. El cambio de las condiciones actuales bajo las cuales se construyen los espacios cerrados y semicerrados no es una tarea simple ni de corto plazo. Es probable que se requiera de muchas acciones de diversa índole, algunas de carácter privado y otras de carácter público y regional, aparte de la contribución que puedan hacer diferentes industrias y sectores productivos. Como cambiar hacia la disponibilidad de espacios saludables aparece como una iniciativa loable y una innovación profunda, tanto a nivel nacional como global se propone la creación inicial de un Programa de Acción Hacia los Espacios Saludables (PAHES), en el que se reúnan personalidades que impulsen esta iniciativa en las direcciones que consideren más adecuadas y realizables, dadas las condiciones actuales y previsibles para el futuro. Este Programa se ha formulado con el propósito de generar un proceso revolucionario dirigido a crear las condiciones para que los nuevos espacios tengan una cada día más fuerte inclinación por ser saludables para quienes habiten, trabajen, estudien o se recreen en ellos y para que los actuales espacios que no tengan esas inclinaciones se puedan remodelar.. Por eso, es necesario identificar, en primer lugar, los factores que condicionan un espacio saludable, dados los conocimientos actuales, y luego emplearlos para compararlos con los que se emplean en la actualidad para el diseño, construcción y mantenimiento de espacios cerrados y semicerrados. A partir de este diagnóstico se podrá demostrar la necesidad de introducir cambios en esta materia con el propósito de lograr mejoras sistemáticas en la salud de las personas, dadas las falencias que tienen la mayor parte de los espacios cerrados o semicerrados en los cuales las personas trabajan, se entretiene o viven. Al mismo tiempo que inducir a que los nuevos diseños y construcciones de espacios cerrados se vuelquen a tener como prioridad el aporte a la salud de sus futuros habitantes. Para esto, se trabajará para recuperar la presencia de dos materiales nobles como son el cobre, como elemento antibactericidas y la madera, por su calidad natural y sustentable. En segundo lugar, este Programa está dirigido a que los espacios cerrados y semicerrados que se construyan representen un aporte de carácter nacional, y se constituya en una importante IMAGEN DE CHILE. 2. LOS ASPECTOS SALUDABLES Y NO SALUDABLES EN LOS ESPACIOS CERRADOS Y SEMICERRADOS. 2.1. Los principales diseños pasados y presentes para los espacios cerrados y sus efectos sobre la salud. La construcción de espacios cerrados y semicerrados y su remodelación representa uno de los sectores industriales de la mayor importancia en casi cualquiera comunidad en desarrollo y desarrollada. Es un sector donde es posible incorporar mucha innovación y con ello lograr niveles más altos de beneficios para los productores, produce enormes ahorros en gastos de salud al reducir o eliminar los efectos adversos a la salud humana, a la vez que ayuda a reducir costos de diseño, producción y mantenimiento. Son numerosas las formas que se pueden emplear para reducir costos o para mejorar el logro de oportunidades para hacerlo. Sólo con el tratamiento de las temperaturas internas y de un aire limpio de impurezas y de microbios negativos se está ayudando a una vida mejor y a costos más bajos. Por su parte, la mayoría de las personas en el mundo se desplazan, a través del tiempo, entre diferentes espacios cerrados y semicerrados, dentro de los cuales duermen, trabajan, se divierten, estudian, hacen gimnasia, comen, compran, ven cine o un espectáculo, etc. Es casi imposible que la mayoría de las personas conozcan, aun en forma remota, la ayuda o el deterioro que esos espacios hacen a su salud, y con ello a sus efectos negativos en términos de enfermedades que ocasionan pérdidas de horas de trabajo o de ocio, en aumento de los gastos médicos y en remedios. En la actualidad los espacios – nuevos y usados - que se comercialización en el mercado están construidos con diferentes materiales y en diferentes ubicaciones cardinales y con diferentes estilos y calidades. También, se considera la incorporación de un conjunto de cambios que son importantes, como el empleo de materiales sustentables, de aprovechar el uso de las nuevas energías renovables y de preocuparse de la ventilación, la humedad y la temperatura de los espacios, del agua y de otros elementos que permiten una estadía más cómoda. Algunos de estos elementos ayudan directa o indirectamente a la salud de las personas, pero no están orientados en su diseño a evitar los elementos nocivos para la salud fisiológica o mental o a evitar o reducir la ocurrencia de accidentes. Frente a esta situación de carácter nacional, y sin duda mundial, se presenta este Programa que tiene por objetivo que el diseño, la construcción y el mantenimiento de espacios cerrados y semicerrados en los cuales trabajan, estudian, se entretienen o pernoctan las personas se haga siempre con la visión de que sean saludables, tanto desde el punto de vista fisiológico como mental o sicológico, que sean espacios a salvo de riesgos y que se identifique los pasos que se han de tomar para crear y mantener sistemáticamente y a través del tiempo unos espacios saludables. Al respecto, en Julio de 2009 el National Center of Healthy Housing hizo una encuesta, que encargó a Kelton Research, a alrededor de 1000 personas mayores de 18 años sobre la calidad saludable de las casas en las que vivían y algunos de los resultados fueron los siguientes: La mayoría de los que respondieron señalaron que la forma en la que se construye y se mantiene una casa puede conducir a serios problemas de salud, como asma o alergias (79% de las personas encuestadas) envenenamiento por plomo (73%) heridas (65%) y cáncer (47%). Por otra parte, cuando se trata de hacer mejoras en su casa sólo el 41% considera hacerlo considerando las mejoras de los aspectos relativos a la salud de sus habitantes y sólo el 25% lo hace para reducir los accidentes en la casa. Cuando se trata que describan la casa en la que en ese momento vivían, el 67% admiten que viven en una casa que tiene al menos un riesgo mayor en salud. Y casi el 50% dice vivir en una casa que tiene elementos que afectan a la salud o la seguridad como, tener temperaturas extremas –mucho calor o mucho frío – tener pestes o roedores, tener moho, problemas de instalación eléctrica, o condiciones para producir o acentuar el asma o las alergias, etc. A partir de los resultados anteriores se desprende que los encuestados reconocen que sus viviendas no son todo lo saludable que quisieran, y eso que no se entró en detalles de salud que las personas habitualmente no conocen ni domina, como son las aspectos relativos a presencia, desarrollo y eliminación de bacterias o a los daños que producen algunos insecticidas, algunos artículos para el aseo, de limpieza o de cosmética. Tampoco se reconoce en la encuesta los peligros de la estructura de la vivienda y los daños a la salud que se pueden producir en caso de un terremoto o de otro fenómeno natural o de incendios e inundaciones. Entre las muchas situaciones que crean ambientes insanos en los espacios cerrados y semicerrados están los mohos que son facilitadores del asma, principalmente en los niños. La EPA desarrolló un Índice de Moho Relativo en el Ambiente (ERMI) dado que el moho tiene un potencial para inducir alergias y asma. A su vez, se hace necesario considerar la calidad de los espacios cerrados y semicerrados para poblaciones determinadas como lactantes, niños, o tercera edad, puesto que cada uno de estos grupos está expuesto a diferentes agentes patógenos y de accidentalidad. Por ejemplo, la tercera edad requiere un trato especial de su salud puesto que debe soportar un número de consideraciones particulares, como el potencial que tiene de metabolizar los agentes ambientales de manera diferente que los jóvenes, aparte de que deben exponerse a ambientes diferentes cuando presentan enfermedades como Alzheimer o Parkinson. En particular, observar de qué manera se afectan a las personas en cuanto a afecciones respiratorias y cardiovasculares o cáncer, por mencionar algunas. O a las consecuencias de estar en ambientes que contengan trazas de plomo, radón , así como la integración con estresantes químicos y no químicos. Pero el National Center for Healthy Housing (NCHH) dice más sobre accidentes en las casas. Cada pieza de la casa puede ser una trampa para un niño, por eso es necesario tener presente las siguientes situaciones que pueden ser peligrosas por: - Quemaduras, por estufas, cocinas, agua caliente y otros. - Riesgos por herramientas, escalera, elementos tóxicos, adhesivos, pequeños trozos que pueden comer, - Caídas por suelos húmedos, alfombras, escaleras, acceso a lugares peligros, - Golpes eléctricos, enchufes a la vista, artefactos eléctricos, especialmente en ,os baños o cercanos a agua, - Envenenamiento por remedios, plantes y flores venenosas, alcohol, cosméticos, - Fuego por fósforos y encendedores, - Ahogarse en un baño o piscina, En una investigación reciente sobre la exposición de los niños al plomo se muestra que aun en pequeñas cantidades tiene un impacto negativo en la salud y en los resultados escolares . Este resultado se obtuvo en una investigación reciente en USA. Una de las consecuencias sobre la educación de los niños es que se tiene enormes pérdidas por menor potencial cognitivo. Los niños se exponen al plomo en su casa debido al deterioro de las pinturas con plomo y por la contaminación de polvo y de manchas que genera, por el plomo que hay en el agua de algunas cañerías que contienen plomo y por otras fuentes. Se ha señalado que la preocupación por los efectos sobre la salud por pernoctar, trabajar, estudiar o entretenerse en un espacio cerrado se hace cada día más importante, porque hasta ahora la preocupación por diseñar, construir y mantener espacios saludables ha estado alejado de los intereses de la mayoría de las industrias que tienen relación con estas materias. Por ejemplo, el Laurence Berkeley National Laboratory , en el artículo “Contaminant levels and sources strenghts in US retail stores – A Pilot study June 2012” señala que una tienda de venta al detalle tiene muchas fuentes de contaminantes en sus interior que pueden causar preocupaciones potenciales sobre la salud y los olores, lo cual se puede controlar con una ventilación adecuada. El estudio piloto, que se hizo en el norte de California, consideró dos supermercados y tres tiendas de mobiliario y se midieron las tasas de ventilación y la concentración de contaminantes tanto dentro como fuera de los edificios. En algunos almacenes se encontró con tres elementos que estaban en concentraciones por encima de la norma y en algunos casos la concentración de compuestos orgánicos volátiles (VOC) fue superior en el interior que en el exterior de los edificios, lo que sugiere que hay fuentes internas de contaminación. Una conclusión es que la mayoría de los almacenes excedió la tasa mínima de ventilación, pero algunos componentes medidos presentaron concentraciones superiores a los de las guías de salud. Lo más probable que en la medida que se empiece a medir estos indicadores en otros edificios, tiendas o almacenes se esté en condiciones de precisar los alcances potenciales sobre la salud humana y sus consecuencias posteriores. 2.2. El cambio de objetivo de los nuevos diseños. La necesidad de definir espacios cerrados mejores para vivir y de crear instrumentos específicos para medir es muy antigua y se manifiesta ya en Marzo de 1938, cuando se publicó en el American Journal of Public Health, los Principios Básicos de la Casa Sana (Basic Principles of Heathful Housing) como un informe preliminar de la American Public Health Association. En su introducción se señala que “ha sido esencial formular las necesidades básicas de salud a las que una casa debe ayudar”. El informe consiste en 30 principios básicos para una casa (no se hace referencia ni a oficinas, hoteles, escuelas u otro espacio cerrado o semicerrados usados por las personas) con requerimientos específicos y con los métodos de logro sugeridos para cada principio. Se considera que los principios y sus requerimientos específicos son criterios mínimos para la promoción de la salud física, mental y social, que son esenciales tanto para viviendas de bajo costo como de alto costo, lo mismo que para casa en el campo como en la ciudad. Según el informe, entre las “Necesidades Fisiológicas Fundamentales” está el “Principio 1. Mantenimiento de un ambiente termal que evite la pérdida indebida de calor del cuerpo humano” A continuación de cada principio se indica los requerimiento específicos y los métodos de logro. El principio 3 dice:” Provisión de una atmosfera de pureza química razonable. Luego en los principios sobre “Necesidades Sicológicas Fundamentales” incluye como número 9 la “Provisión de una privacidad adecuada para el individuo”, el “Principio 10. Proveer oportunidades para una vida familiar normal”, y el “Principio 12. Proveer las condiciones que hagan posible el desempeño de las funciones de la casa sin un exceso de fatiga física y mental”. También hay una sección destinada a “Protección Contra los Contagios” y uno de los principios, el número 16 dice “Provisión de abastecimiento de agua de calidad sanitaria segura, para la casa”. Y en el “Principio 21. La exclusión de bichos que puedan ser transmisores de enfermedades”. Finalmente, la sección “Protección contra accidentes” se inicia con el “Principio 24. Edificación de hogares con materiales y métodos de construcción que minimicen el peligro de accidentes debido al colapso de cualquier parte de la estructura”. El “Principio 25. Control de las condiciones que pueden causar incendios o promover su expansión”. El “Principio 29. Protección contra caídas y otros accidentes mecánicos en la casa”. En una versión más reciente la NCHH enuncia los 7 principios de la casa sana: “Seca: las casas húmedas proveen un ambiente que fomenta los ácaros, las cucarachas, los roedores y el moho, todos los cuales están asociados al asma. Limpia: Las casas limpias ayudan a reducir las infecciones por peste y la exposición a contaminantes. Libre de pestes: Estudios recientes muestran una relación causal entre exposición a ratones y cucarachas y los episodios de asma en los niños, aunque un tratamiento inadecuado de eliminación de pestes puede exacerbar los problemas de salud, puesto que los residuos de pesticidas tienen el riesgo de producir daño neurológico y cáncer. Segura: La mayoría de las heridas de los niños ocurren en la casa. Las caídas son los casos más frecuentes de heridas en los niños, seguido por las heridas producidas por diferentes objetos que hay en la casa, por quemaduras y por envenenamiento. Libre de contaminantes: La exposición a elementos químicos incluye plomo, radón, pesticidas, compuestos orgánicos volátiles y ambientes con humo de tabaco. La exposición a partículas de asbesto, gas radón, monóxido de carbono y a humo de cigarrillos son más altos en el interior de la casa que en el exterior. Ventilada: Estudios demuestran que un aumento de la provisión de aire fresco en la casa mejora la salud respiratoria. Mantenimiento: Casas con escaso mantenimiento son riesgosas por la humedad y por los problemas de pestes. Las pinturas deterioradas de base de plomo son la primera causa de envenenamiento por plomo…” Según la misma EPA, en publicaciones de fines de 1998 las fuentes de contaminación y causa de enfermedades para personas de diferentes edades son múltiples, a saber: “Contaminantes en el aire en el exterior: Polen, polvo, fangal, esporas, contaminantes industriales, humos de los vehículos Emisiones de fuentes cercanas: Humos de vehículos en caminos y estacionamientos cercanos, olores de contenedores de escombros, reentrada de humos del propio edificio o de edificios cercanos, restos peligrosos cerca de las tomas de aire del exterior. Gases del suelo: Radón, filtraciones o fugas de estanques de combustibles bajo tierra, contaminantes producidos por los usos previos del sitio, pesticidas. Humedad o aguas estancadas que crean crecimiento microbiol: Techos después de las lluvias, cámaras bajo tierra. Equipos de sistema de ventilación y aire acondicionado (HVAC): Polvo o mugre en los ductos o en otros componentes, crecimiento microbiol en cubetas de goteo, humidificadores, tubos, espirales, uso impropio de biocidas, sellantes y u otros componentes de limpieza, ventilación impropia de productos combustibles, filtración de refrigerantes. Otros equipos: Emisiones de equipos de oficina (compuestos orgánicos volátiles, ozono); materiales (solventes, recargas de tinta y amoniaco); emisiones que provienen de talleres, laboratorios, procesos de limpieza; motores de ascensores y otros sistemas mecánicos. Actividades humanas. Actividades personales: Fumar, cocinar, olores del cuerpo, olores de cosméticos. Actividades de casa: Materiales de limpieza y procedimientos: emisiones de materiales almacenados o en basureros; uso de desodorantes o fragancias; polvo o suciedad transportados por e aire (es decir, circulando por aspiradoras o enceradoras). Actividades de mantenimiento: Microorganismos in vapores producidos por mantenimiento impropio de torres de enfriamiento; polvo o suciedad transportada por el aire; componentes orgánicos volátiles por el uso de pinturas, sellantes, adhesivos y otros productos; pesticidas de actividades de control de pestes; emisiones de material almacenado. Materiales de construcción y de muebles en ubicaciones que producen o recogen polvo o fibras: Superficies tejidas como alfombras, cortinas y otros textiles; estantes abiertos; muebles antiguos o deteriorados; materiales que contengan asbesto dañino. Condiciones inseguras y daños por agua: Crecimiento microbiol en muebles dañados por tierra o por agua; crecimiento de microbios en áreas de condensación de superficies; agua estancada por desaguaderos mal diseñados u obstruidos; trampas secas que permiten el paso de aguas servidas, Químicos producidos por componentes de la construcción o de mobiliario: Componentes orgánicos e inorgánicos volátiles. Otras fuentes. Causantes de accidentes: Astillas, agua u otros líquidos; crecimiento microbiol por inundaciones o filtraciones de techumbres, cañerías; daños por incendios (hollín, circuitos impresos de equipos eléctricos, olores). Áreas de uso especial y de uso mixto en el edificio: lugares para fumar; laboratorios; imprentas, salones de arte; gimnasio; salones de belleza; áreas de preparación de comidas. Actividades de reparación, redecoración y remodelación: emisiones de los muebles nuevos; polvo y fibras de la demolición, olores y componentes volátiles orgánicos e inorgánicos de la pintura, sellantes, adhesivos; liberación de microbios de la demolición o de las actividades de remodelación. El aire del interior a menudo contiene una variedad de contaminantes en concentraciones que están muy por debajo de cualquier estándar o guía sobre exposición en el trabajo” Pero aun hay más avances producto de las nuevas visiones y la aplicación de conceptos medio ambientales y ecológicos: Así como el NCHH ha avanzado con respecto a la casa sana con sus aportes de décadas, también hay otros actores que han contribuido y contribuyen al desarrollo de espacios que sean “verdes” respetando principios de medio ambiente y de sustentabilidad. Es el caso del Green Building Council (USGBC) constituido por miles de miembros diversos que esperan llevar a la industria de la construcción a donde nunca antes se ha visto. Este Consejo se ha comprometido a “un futuro prospero y sustentable con edificios “verdes” que sean eficientes en costo y en energía…. y trabajando para hacer edificios verdes que estén disponibles dentro de una generación” . EL LEED, creado por el Green Building Council es un conocido sistema de certificación de edificios sostenibles que está “redefiniendo la manera en que se piensa acerca de los lugares donde vivimos, trabajamos y aprendemos”. El LEED es “una marca de reconocida excelencia mundial….. que provee a los propietarios y a los constructores con una estructura para identificar… poner en marcha y medir el diseño, la construcción y el mantenimiento de edificios verdes. Se señala que el LEED “está transformado la forma en la que los entornos constructivos se están diseñando, construyendo y operando – desde edificios, casas y comunidades o barrios enteros”. Por su parte, la certificación LEED es independiente y “verifica si un edificio, casa o comunidad fue diseñada y construida usando estrategias dirigidas a lograr un alto desempeño en áreas claves de salud humana y medio ambiental: desarrollo sustentable del lugar, ahorro de agua, eficiencia energética, selección de materiales y calidad del ambiente interior”. El LEED está conformado por un conjunto de normas dirigidas a producir edificios sustentables de variado tipo y entrega diferentes niveles de certificación, que son voluntarias. En Chile la Cámara Chilena de la Construcción (CCHC) no es ajena a estos avances y es así como en la actualidad está `promoviendo cursos dirigidos a “fomentar el uso de energía limpias para disminuir el impacto en el medio ambiente” Dos de esos cursos se titulan: “Habitabilidad eficiente: aislación térmica y control de humedad” y “Preparativo de LEED® para constructoras”. En estos cursos se señala que “La humedad de las viviendas puede causar daños en terminaciones, deterioro de elementos constructivos, aparición de mohos y hongos, e incluso enfermedades respiratorias, lo que deteriora la calidad de vida de sus ocupantes Además, por lo general, está asociada a un deficiente acondicionamiento térmico de la vivienda, lo que conlleva a un uso ineficiente de la energía.” Por su parte, en el curso “Habitabilidad eficiente: aislación térmica y control de humedad” se dictarán materias relacionadas con: “conocimientos teóricos y prácticos para que los profesionales sean capaces de diseñar y especificar soluciones de aislación térmica para viviendas, edificios y otras construcciones, identificando claramente los conceptos básicos así como los diversos factores que influyen en la aislación térmica.” El curso “Preparativo LEED® para Constructoras” se dedicará a “entregar el conocimiento necesario para preparar a los profesionales del sector construcción en los contenidos (créditos y requisitos) requeridos para optar a esta certificación El diseño verde además de impactar positivamente el medio ambiente reduce los costos operacionales, incrementa la posibilidad de venta de la unidad, aumenta potencialmente la productividad laboral y ayuda a crear una comunidad más sustentable. Ante esta realidad es fundamental que los profesionales del sector construcción puedan observar los beneficios de construir responsablemente y adherirse a la Certificación LEED.” Por último, la CCHC tiene programado el desarrollo de los siguientes cursos en este semestre: “Iluminación Eficiente, Diseño y Confort, Cubiertas vegetales para una edificación regenerativas y Huella de carbono.” En la medida que se evalúa a un sector de espacios cerrados y semicerrados, como pueden ser los centros de estudio, las guarderías infantiles, los hoteles, los restaurantes, los hospitales, los servicios públicos, las farmacias, y muchos otros, desde el punto de vista del aporte o daño que hacen a la salud de las personas que trabajan ahí o que son clientes habituales, no se va detectando que las exigencias son diferentes. Por ejemplo, en el sector de clínicas y hospitales se han introducido importantes modificaciones que aportan a la salud del personal y de los pacientes y de los visitantes, como por ejemplo, que las visitas al enfermo no se reciben en sus piezas, sino que en espacios diferentes, las tinas se han eliminado por duchas a ras de piso, las camas están diseñadas para que las enfermeras no tengan que hacer esfuerzos superiores para mover o cambiar a los enfermos y no provocar daños a sus espaldas – que es un motivo de licencia para las enfermeras, y muchas otras acciones favorables a la salud que se manifiestan en los procesos de acreditación. Se desprende de lo anterior que el trabajo por hacer para diseñar o rediseñar los espacios cerrados – en diferentes sectores económicos - de manera que ayuden a la salud de las personas – trabajadores habituales y visitantes -es enorme y un verdadero desafío para la innovación y para muchos profesionales y sectores de la economía nacional. 2.3. Un cambio revolucionario hacia el diseño de espacios cerrados y semicerrados saludables. Por todo lo anterior, en algún momento, la comunidad empezará a expresar su necesidad de disponer de espacios saludables que reduzca los riesgos de contraer enfermedades fisiológicas y mentales en todo el territorio nacional. Para que esto ocurra debiera existir un mecanismo de estandarización como podría ser un Sistema de Medición de Espacios Saludables (SMES) que se haga eco de estas necesidades y tienda a reducir o eliminar muchos de los riesgos que se producen por parte de los estresantes químicos y no químicos, en especial para las personas más vulnerables (lactantes, niños y ancianos) o por parte de los elementos que provocan accidentes y enfermedades a las personas. El SMES se podría inclinar por aquella investigación que produzcan los medios y las herramientas necesarias para comprender y evaluar espacios cerrados y semicerrados riesgosos y no riesgosos, desde el punto de vista de la salud de las personas. El propósito principal es que en la medida que las personas sientan que vivir en espacios libres de contaminantes y de estresantes significa una vida más plena, más satisfactoria y de un costo menor en muchos sentidos, estarán más dispuestas a pedir que los espacios en los que se muevan sean cada día más saludables, porque de esa manera mejora su confort y tienen menos pérdidas y costos por problemas de salud. Sin duda que un SMES debiera estar preocupado de diagnosticar y evaluar muchos espacios públicos y privados para medir el grado saludable que se entrega a las personas y los riesgos que puedan estar asociados a permanecer muchas horas del mes bajo tales condiciones. Para esto se debiera proveer métodos, datos, modelos, herramientas, instrumentos y guías prácticas para el uso de las personas y en particular para los expertos. Para mencionar algunas de las líneas de investigación se deberá llegar a comprender de qué manera el cobre y la madera crean ambientes saludables, con qué prevalencia y duración y los cuidados que se deben tener para no sobrepasar los límites de la aceptación por parte de las personas. Se ha mencionado anteriormente el sistema LEED porque “….toma un enfoque global del edificio, considera el ciclo de vida entera del edificio y evalúa sus áreas claves de impacto incluyendo los sitios sustentables, la eficiencia del agua, la energía y la atmosfera, los materiales y los recursos, y la calidad del ambiente interior.” Sin embargo, el diseño, la construcción y el mantenimiento de espacios cerrados y semicerrados saludables debiera estar orientado por el aporte que hacen a la salud de las personas, y cumpliendo con las exigencias de sustentabilidad y “verde”, en la medida que contribuyan en esa misma dirección, y que provean resultados económicos y beneficios sociales adecuados. Se estima que la sistematización en el diseño, construcción y mantenimiento de los espacios saludables debieran llegar a tener costos muy inferiores a los de otros diseños que usen materiales que contaminen o deterioren el confort de las personas, debido a todos los ahorros que se debieran producir directa e indirectamente para las personas y para la comunidad. Hasta ahora ha sido difícil de definir un espacio saludable, sin embargo en la medida que se haga común y aceptable el diseño, construcción y mantenimiento de espacios que empleen la madera y el cobre se dispondrá de dos materiales fundamentales, disponibles en el territorio nacional, que contribuirían de manera directa a cuidar y ayudar a mantenerse saludable a las personas. Lo importante en el futuro diseño de espacios saludables es que toda la concepción apunte a ese objetivo y que se tenga una información fidedigna que asegure que cada elemento ayuda a la salud y a valorar los ahorros que se producen al comparar con otros elementos o materiales, pero primeramente en los ahorros por menos costos en salud, atenciones, medicamentos, días de trabajo perdidos y otros costos asociados. En un espacio saludable debiera haber una medición con estándares preestablecidos para salvaguardar la salud de las personas. No deja de ser importante considerar que la industria de la construcción y del cobre y la madera produce impactos importantes en el uso de energía y en la polución en todas las sociedades, entre esos impactos están los altos consumos de energía y electricidad, el importante uso de agua fresca y potable, millones de toneladas de diferentes materias primas, la emisión de gases invernadero, la emisión de dióxido de sulfuro, de oxido de nitrógeno, partículas finas, etc. Es importante en esta parte del proceso proceder de manera que se reduzca esta huella ecológica y mejorar los beneficios ambientales. Se ha prestado mucha importancia en algunos espacios ocupados por las personas en cuanto a que se sea cuidadoso con el uso del calor solar, de la ventilación natural, en la eficiencia en el uso de la energía y la eficiencia en el uso del agua y en sus costos. Es decir, que se promete unos beneficios económicos a partir de usar en forma más racional los materiales que conducen a un espacio saludable, buscando que se reduzcan los daños a la salud de las personas o los riesgos a que se produzcan. Por el momento resulta casi imposible determinar si un espacio cerrado es saludable, puesto que no existe una definición de aceptación generalizada por parte de los diseñadores, los constructores y los productores de los materiales y los encargados de la conservación de usar elementos estándares para su accionar o para introducir innovaciones y mejoras en sus obras de espacios cerrados y semicerrados. Un sistema para medir en detalle un espacio saludable para las personas del tipo (SMES) debiera considerar: - unos estándares comunes de medición con el uso de cobre y madera. - promover las practicas del diseño, construcción, operación y mantenimiento de espacios saludables, - reconocer y establecer algunos líderes de los espacios saludables en las industrias asociadas a este tipo de espacios y sus componentes, estimular la innovación y la competencia en el entorno y - aumentar la información para las personas para que consideren la importancia de vivir y trabajar en espacios saludables y reconocer sus diferentes beneficios. Cómo podría trabaja un SMES: Los espacios diseñados podrían ganar puntos en la medida que, a partir de los objetivos saludables a cumplir por el espacio, se incorporan los elementos que son apropiados para establecer ese espacio saludable. Los postulantes registran sus proyectos y se sigue un conjunto de etapas de trabajo. Pueden ser factores de la evaluación los siguientes: - Los elementos que deben ser de madera que producen efectos favorables a la salud. - Los elementos que deben ser de cobre que ayudan a la salud. - Estimación de los niveles de contaminantes en el ambiente, en los muros, en la humedad del espacio - Estimación de los efectos de los colores, la aireación, la temperatura y la humedad, - Los instrumentos a usar y las mediciones estándares de los elementos saludables del espacio. - Las energías a usar para alimentar al espacio y la estimación de las emisiones no saludables para las personas, etc. En este trabajo han participado y lo seguirán haciendo profesionales de diferentes áreas del saber y de la experiencia en este tipo de diseños y construcciones.

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