miércoles, 15 de octubre de 2008

LAS INCÓGNITAS DE LA NUEVA TIERRA ECONÓMICA.

En la última semana se han conocido las decisiones tomadas por los gobiernos de los países desarrollados y de los emergentes. Se señala que son medidas tendientes a: (1) crear un ambiente de confianza en el sistema financiero, a sea, entre los inversores, consumidores, deudores, etc. (2) suavizar la recesión o una fuerte caída de los productos nacionales, del empleo, y a restaurar la prosperidad de la economía, (3)demostrar que no se ha vulnerado el sistema de mercado, sino que se han tomado decisiones para preservarlo.

Las medidas - que son brutales - los objetivos buscados y las consecuencias de las mismas representan argumentos e interrelaciones verbales sobre realidades futuras inmediatas y mediatas respecto de las cuales se tiene escasa experiencia y se soslayan en el mejor de los casos.

¿Por qué habría de suponerse que si no fueron capaces de anticipar desde hace más de un año atrás lo que los condujo a tomar estas medidas, ahora están decidiendo correctamente sobre situaciones futuras que están sólo en sus mentes?

¿No es la típìca reacción del optimista que se equivocó, que toma medidas más bien rimbonbante para permanecer al mando de algo que no domina, pero que le permite con estas acciones prolongar su rol protagónico?

Ojalá que estas preguntas sean completamente irrelevantes.

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